Internet es la herramienta que más usamos en este siglo XXI. Nos aporta diversas funcionalidades que hacen de ello un medio imprescindible en nuestra cotidianidad. Y es que Internet facilita infinitamente el acceso a cualquier tipo de información de un modo súbito. Hoy hablaremos de marketing en internet.
Como es inevitable, tanto los motores de búsqueda, como las millones de páginas webs existentes necesitan generar cierta cantidad de ingresos. Pues ni los servidores, las instalaciones o el mantenimiento de una red social se pagan sólos. La clave de este abastecimiento está en el marketing, pero no hablamos del convencional, como potenciar tus ventas para Navidad o estrategias como la de vender Honor 9 por 2 euros. Lo cierto es que, indirectamente, nosotros mantenemos dicha economía, gracias al marketing del Internet.
El subliminal empleo del marketing en Internet
Lo más seguro es que el 80% de los usuarios que navegan por la red no sean conscientes de ello, pero el grande de la información conoce tus intereses. Pero, ¿Como es esto posible?
La respuesta está en la privacidad que nos ofrece cada navegador, motor de búsqueda, red social, etc. Pues por cada perfil que se crea en una red social, ésta necesita de la aprobación de los términos y condiciones por parte del usuario, así como la aceptación de las cookies.
Ocurre que cada vez que aceptamos cada una de esas condiciones, estamos permitiendo al servicio web en cuestión conocer nuestro movimiento por la red en su totalidad. Como cabe suponer, al sistema le interesa pues conocer nuestros gustos e intereses. Toda información recopilada sobre nosotros, nuestros círculos de amistad e incluso dónde vivimos se convierte en objeto de monetización.
Todos tus datos, los cuales has cedido voluntariamente, se venden a diferentes empresas de otros sectores cualesquiera. Desde empresas dedicadas a la industria del automóvil hasta pertenecientes a la rama de la moda pagan por tus antecedentes en Internet.
Con esto logran pulir su sistema de marketing, pues personalizan los anuncios para cada persona. De tal modo que sólo verás publicidad relacionada con temas que, probablemente, sean de tu interés común. Conformando así una red neuronal inteligente que aprende, recopila y relaciona toda clase de información acerca de ti.
¿Cuál es el objetivo de esta estrategia?
El objetivo final que toda entidad persigue es generar una fuente de ingresos, aunque no todas lo hacen del mismo modo. Pues principalmente hay dos formas de abastecerse en lo que al marketing en Internet se refiere.
Por un lado encontramos a los grandes servicios web, como pueden ser Google, Facebook, YouTube, etc. Éstos toman la información recopilada sobre millones de internautas y la ofrecen como producto a empresas de otros sectores. Estas empresas van a basarse en la información de dichos navegantes para extender una enorme red de anuncios y publicidad a lo largo de los servicios web en cuestión.
De este modo surge un convenio entre dichas entidades. En dicho acuerdo, los motores de búsqueda y redes sociales masivas se abastecen cediendo lo que conocen sobre sus usuarios. Además, los negocios externos aumentan su productividad y sus ventas gracias a la posible exposición de sus productos mediante anuncios online personalizados.
El lado oscuro del marketing del Internet
En cierto modo, la personalización de anuncios es algo que se agradece. Pues si bien vamos a acabar viendo anuncios en distintas páginas web, qué mejor que sea publicidad de nuestro interés. El punto negativo de esto es, ¿Qué pasa con todo lo demás? ¿Dónde acabarán mis datos?
Lo cierto es que todo lo que sea de valor en lo que a tus intereses representa permanecerá almacenado de por vida en la red. Tus archivos, tus gustos, tus inquietudes y tu enorme huella digital permanecerán en manos de quienes las necesitan.
Saber esto debería hacer que nos replanteemos qué clase de uso le damos a Internet. Compartir constantemente y en todo momento cada gesto, cada paso que damos y cada persona que conocemos en las redes sociales. Publicar imágnenes personales geoetiquetadas, que revelarán desde dónde las hemos tomado, conociendo así por donde nos movemos para aplicarlo al marketing en internet.
Y ahora, ¿dónde han quedado la privacidad e intimidad de tu persona?