El artículo 13 y la libertad de expresión
Este asunto ha generado revuelo tanto en las redes sociales como en la sociedad en si misma. Un, tal vez demasiado fuerte, giro de tuercas en la ley de copyright puede conseguir que cambie por completo el uso creativo que hacemos de las redes dentro de los países de la Unión Europea. Los Eurodiputados llevan ya tiempo procesando esta idea, la cual fue aprobada en un primer momento el 12 de septiembre. En enero de 2019 tendrá lugar la segunda votación, que puede incluir modificaciones en determinados puntos, con la que se decidirá si, finalmente, se implanta dicha medida.
Ya no será nuestra culpa (y hablo en nombre de todos los creadores de contenido de las diferentes plataformas) si publicamos contenido protegido bajo derechos de autor en alguna plataforma. La responsabilidad caerá directamente a YouTube, Facebook, Twitter, Instagram, Twitch y todas esas redes sociales que tanto consumimos a diario. Este giro de 180º va a provocar que las medidas de prevención de las gigantes compañías de internet se vean muy agudizadas. El artículo 11 y el artículo 13, ambos responsables de toda polémica, nos arrancarán la libertad para compartir enlaces hacia cualquier tipo de contenido, nos limitaran las posibilidades a la hora de crearlo y, en general, darán una patada a la libertad de expresión tal y como la conocemos hoy en internet en los países de la UE.
Internet dejará de ser el lugar donde todos y todas podemos expresarnos de cualquier modo, innovar y generar diversidad de contenidos audiovisuales para convertirse en un singular mundo virtual carente de atractivo creativo. En definitiva, las redes sociales dejarán de ser lo que, al menos por ahora, son. ¿Queréis un buen ejemplo? –Imaginad que estáis disfrutando, en presencia, de un partido de la NBA y decidís compartir una fotografía del estadio para que todos vuestros seguidores lo vean-. Pues no podréis por que ese contenido está bajo protección y la plataforma en cuestión eliminaría la publicación al instante. ¿Bastante molesto verdad? Pues este ejemplo puede llevarse a cualquier ámbito y ocurriría lo mismo: censura de la libertad de expresión, de compartir y de crear contenido. Y no nos está gustando en absoluto a la inmensa mayoría de los internautas en territorio europeo. Claro que fuera de los países que conforman la Unión Europea esto no tendrá cabida y todo seguirá con normalidad, al menos en el caso en que no se vean atraídos por la medida y decidan implantarla también.
La intención de esta directiva es proteger el contenido creativo propio de cada usuario ante las infracciones de copyright del día a día, y eso es bueno. Lo que no es tan correcto es llevarla al límite en el cual todos nos veremos afectados, compañías grandes y compañías pequeñas, directa e indirectamente. Y ya no solo compañías, sino también tú cuando quieras compartir en Twitter el enlace a ese vídeo de recopilación de memes que tanta gracia te hace. Que por cierto no será el caso pues, en una Europa con los artículos 11 y 13 vigentes (o lo que es lo mismo, sin libertad de expresión), los memes no tendrán razón de existir.