Como ya sabrás uno de los problemas más importantes de los ordenadores portátiles es la duración de su batería. Al ser una herramienta de uso diario les exigimos mucho, ya sea para trabajar, estudiar, jugar, editar vídeos, en fin, un montón de actividades que, en definitiva, consumen rápidamente su batería.
Probablemente en el pasado hayas escuchado o te hayas informado sobre utilizar una batería externa (power bank) para cargar un portátil. Sin embargo, te habrás dado cuenta de algunos inconvenientes que presentaban:
- Incompatibilidad con su puerto de carga, lo que significa utilizar adaptadores (si es posible)
- Precios elevados puesto que estos modelos incluyen un puerto DC o AC (como un enchufe de casa).
- Disponibilidad limitada, realmente eran pocos los modelos capaces de cargar un portátil.
Hoy en día todavía podemos encontrar en algunas tiendas online este tipo de baterías externas diseñados específicamente para portátiles.
En cambio, observamos que la tendencia apunta a una vía más universal con baterías externas con puertos AC, concibiéndose su uso para cargar más tipos de dispositivos, no solo portátiles.
Sin embargo, esta opción es quizás “demasiado pretenciosa” (y cara) si solo deseamos cargar nuestro portátil y el móvil. Entonces ¿qué otras opciones tenemos?
Además de la presencia de baterías externas con puerto DC y AC, fue la aparición del puerto USB tipo C junto con el protocolo Power Delivery (USB-C PD) lo que ha dado un nuevo aire a este sector.
Este novedoso puerto es mucho más práctico, potente y versátil, puesto que su uso va desde cargar dispositivos (que, a su vez, pueden ser desde auriculares hasta portátiles) hasta ser un nuevo competidor en el ámbito del vídeo, insertándose en la pugna entre DisplayPort y HDMI.
Así pues, el USB C significa la convergencia de múltiples funcionalidades en un único puerto, algo nunca antes visto con las generaciones previas de USB.
Sin embargo, a nosotros nos interesa la faceta de la carga en particular, puesto que queremos saber cómo es posible cargar cualquier portátil con una batería externa que posea un puerto USB C.
Para ello debemos “presentarte” el protocolo que hizo posible esta realidad, denominado Power Delivery, el cual “exprime” al máximo las capacidades del puerto tipo C, permitiendo que esté diseñado para suministrar hasta 100 vatios de potencia (W).
Esta potencia es suficiente para la mayoría de los portátiles en la actualidad, que suelen cargar entre los 45W-65W. Además, el USB C ha logrado un verdadero hito en la historia de la tecnología, logrando que Apple, uno de sus promotores, se adhiriese a él en dispositivos como el MacBook Pro y el iPad Pro, que analizamos en Viatea.
El mundo de los power banks, así como muchos otros sectores, recibió con los brazos abiertos (y vió una posibilidad) la llegada tanto de este puerto como de este protocolo, hasta el punto de que el USB C y Power Delivery parecen haberse constituido como una unión indisoluble.
Es así como cada vez salen al mercado más modelos de power banks con USB C PD capaces de cargar tu portátil con puerto USB C a modo de “plug & play”, pero, ¿cómo cargar mi portátil si no tiene el puerto C?
Si tu portátil no tiene puerto tipo C, te recomendamos que sigas el sencillo “truco” que descubrió el portal Powerbank20.com: Consiste en utilizar un cable o adaptador de USB-C al puerto DC de tu portátil que incorpora un trigger que indica al power bank la tensión (V) de carga de tu portátil.
Estos cables los puedes encontrar fácilmente en AliExpress, aunque, como explican en la guía de PowerBank20 hay modelos de 15V y de 20V, por eso debes prestar atención a las especificaciones para no comprar un cable que de una tensión superior a la de carga de tu portátil.
En conclusión, si estás interesado en cargar tu portátil con un power bank ¡hoy en día es más fácil que nunca! Tienes múltiples opciones para elegir, siendo los modelos con puerto USB-C PD o puerto AC las más recomendadas. Todo dependerá de tus necesidades de carga y de tu presupuesto.