Por razones que no vienen al caso, decidí recientemente hacerme con una videoconsola para jugar en el salón de casa. Después de mucho revisar blogs, youtube y demás, encontré la luz dentro del túnel en que me hallaba: mi consola sería una Xbox One S por encima de la Play Station 4 Slim pues la consideraba la más equilibrada en cuanto a precio y juegos de su catálogo y más aún con la rebaja derivada del Black Friday.
Cuando me disponía a hacerme con el aparato recibí la llamada salvadora y milagrosa de un amigo que me hizo abrir los ojos y este artículo va sobre eso, a veces lo más nuevo no resulta ser lo más conveniente. Tras colgar el teléfono le di al click de comprar en el mercado de la segunda mano una Xbox 360 “E” (el último modelo que salió a la venta de la 360) de 500 gigas de disco duro con su mando correspondiente y demás cables por 75 euros, así como cuatro juegos físicos, también de segunda mano, por 29 euros en total, a saber: The Last Odyssey, Gears of War 3, Halo 4 y GTA V (104 euros es un gran precio por todo).
Supongo que todos estaréis ávidos para descubrir cuáles fueron las razones para un cambio tan radical, lo cual lo resumiré en los siguientes apartados
Para jugadores novatos
Si, debo reconocer que soy un jugador novato o, mejor dicho, un megatorpe en eso de los videojuegos; aunque no viene al caso para pasarme la primera fase del atraco al banco en GTA V, me llevó varios días, no digo más. Nunca tuve videoconsola y aunque jugué mucho en Spectrum y Amstrad (si, soy ya un viejuno), posteriormente en PC hace ya algún tiempo, y ahora en juegos casuales para tabletas o móvil, el cambio si pasaba a la One S sería muy radical. Mi amigo me recomendó que si quería disfrutar de maravillosos juegos, mi consola era la 360, siempre y cuando no me importara tanto los gráficos de texturas 4K ni nada por el estilo ni tampoco las novedades. Al no tener televisor 4K en casa la elección era clara.
Los juegos
En el catálogo de la Xbox 360 existen juegazos como Alan Wake (10 euros en el mercado de físicos de segunda mano), exclusivo de la consola (creo que también está para la Play pero no se podrá jugar con la One S) y que no pueden jugarse en otras plataformas y, cierto es, quería descubrir por mi mismo la esencia de consolas antiguas pero no por eso obsoletas.
En la actualidad, estoy disfrutando como un enano Red dead redemption y su caballo cabalgando por la praderar pecadorrrr (mi pequeño homenaje al grande de “Chiquito de la Calzada”), un juego que ya se que está tanto en Xbox One como en PlayStation pero, que queréis que os diga, por 10 euros es insuperable.
La política de Xbox Live Gold
No se si lo sabéis pero en Xbox 360 cualquier juego que os descarguéis gratuito de Gold (el servicio para jugar online, entre otros), será vuestro para siempre cosa que no ocurre con la Xbox One que lo perderéis si dejáis de pagar el servicio, lo cual es un “must have” y un plus a la hora de hacerse con esta consola.
El precio
El precio fue lo que decantó definitivamente la balanza a favor de hacerme con esta Xbox, desde un doble factor: precio de la Xbox aunque sea de segunda mano y precio de los juegos (también de segunda mano o digitales) que en la mayoría de los casos no superan los 20 euros por unidad.
Mi consola de segunda mano con 24 meses de garantía en una tienda de videojuegos bastante popular parece como nueva y me permite por muy poco dinero poder disfrutar a lo grande y adquirir, sin que mi economía se malogre, nuevos juegos (antiguos pero para mi si serán nuevos) del catálogo tan extraordinario y extenso de la 360.
Conclusiones finales
Si sois nuevos en esto de las videoconsolas, no os importa ver una mosca en la cara del protagonista de tu juego favorito o carecéis de televisión 4K, ésta es vuestra máquina sobre todo si después de las futuras compras navideñas vuestra tarjeta de crédito quede temblando para el resto del próximo 2018. Os lo digo en serio, lo antiguo con la Xbox 360 mola.
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