Amanece un nuevo día, eso sí, hoy con la resaca que han dejado las elecciones en Estados Unidos. Supongo que a este respecto habrá opiniones de todas las formas y colores.
Lejos de meterme meramente en política, dedicaré estas líneas a las repercusiones que tendrá el presidente electo, Donald Trump sobre las nuevas tecnologías.
El candidato republicano es conservador, en ciertos aspectos radical diría yo, y está claro que sus políticas , una vez que se empiecen a aplicar tendrán repercusión mundial.
Restricciones en internet
Trump ha manifestado públicamente en sendas ocasiones que cerrará o vetará ciertas partes de internet. Quiere tener un mayor control sobre algo tan difícil de controlar como es el flujo de información de internet.
¿Su justificación? los ataques terroristas del ISIS. Su idea es recurrir a algunos de los grandes como Bill Gates para cerrar el acceso de internet a ciertos lugares. “ El ISIS está usando internet mejor que nosotros, a pesar de que haya sido una idea nuestra” , ha declarado Trump en sendas ocasiones en relación con la red de redes, y añadía que no quiere que “ ellos (ISIS) utilicen nuestro internet para convencer a nuestra impresionable juventud”.
Así, el candidato republicano se ha mostrado totalmente contrario a la neutralidad de internet implantada por la administración Obama.
Si el último presidente abogaba por internet como motor de crecimiento económico- social, el presidente electo es totalmente contrario a esta medida. Con lo cual, seguramente se centre en quitar esta ley que abogaba por el trafico de datos por encima del precio de conexión. Vamos, lo que a todos nos encantaría de tener más megas a un precio más económico, o que haya real transparencia entre los usuarios y las teleoperadoras.
Suponemos que en este aspecto, el gran magnate sigue teniendo sobre todo mentalidad de empresario, a parte de sus ideas ultra conservadoras al respecto de los avances.
La postura de la empresa Apple en relación con el cifrado del teléfono iPhone que se encontró en el tiroteo de San Bernardino en diciembre de 2015 ha puesto a la empresa de la manzana en el punto de mira del nuevo presidente de Estados Unidos.
En aquel momento apple se negó a desbloquear el teléfono encontrado por sus principios de protección de los derechos y seguridad de sus usuarios. Postura entendible a aquellos que compartan la filosofía apple sobre su defensa de un sistema operativo más cerrado para que sea muchos más estable y seguro.
Pues bien, este episodio le saldrá caro a la empresa legado de Steve Jobs. Donald Trump está firmemente empeñado en que, empezando por Apple y siguiendo por las demás, todos sus equipos y terminales se fabriquen en territorio nacional, que sean productos 100% “made in USA”.
Esto afectará a todas las empresas tecnológicas con sede en Estados Unidos, pero con fábricas de parte de sus componentes por todo el mundo.
El primer efecto que se me ocurre desde luego no va a ser nada agradable para los usuarios. Si las empresas tienen que montar todo su operativo en territorio nacional, y contratar a trabajadores locales, está claro que los costes de producción de los terminales van a aumentar de forma considerable.
Y, seamos realistas, este tipo de empresas no son partidarias de perder o reducir de una forma importante sus beneficios. Así que, a voz de pronto, se me ocurre que habrá un serio aumento del precio de los equipos y terminales de estas marcas.
Veremos qué parte de toda esta política afecta a algunos de sus partidarios como Bill Gates, y de qué forma le pueden parar en radicalizar las políticas a este respecto.
Por lo pronto, estemos preparados a un mayor control de las comunicaciones y tráfico de información, porque desde luego Donald Trump es totalmente partidario de una exhaustiva vigilancia de las comunicaciones, como la siempre “loable” justificación de proteger el país frente al terrorismo islámico.
Además, veremos de qué forma pretende controlar los contenidos de webs o servicios como Twitter, Facebook o netflix, todos estos con origen estadounidense.
Desde luego, con una mentalidad tan conservadora, lo que se dice avances tecnológicos no veremos muchos.