En un escenario de creciente avance de la inteligencia artificial (IA), el primer ministro Rishi Sunak y el líder laborista Keir Starmer se preparan para exponer sus puntos de vista sobre este tema candente. Ambos líderes políticos se presentarán en la London Tech Week en días consecutivos, mostrando cómo la IA ha tomado un lugar destacado en la agenda política del Reino Unido.

Enfrentamiento político en el horizonte: Sunak y Starmer en la era de la IA

En un gesto significativo, tanto Sunak como Starmer han elegido hablar en el mismo lugar, recordando su enfrentamiento político anterior en el Parque Olímpico de Londres. Sin embargo, esta vez el enfoque se centra en el tema más técnico y detallado de la inteligencia artificial, reflejando la rápida importancia que ha adquirido en la agenda política.

El repentino interés en la IA ha trascendido todos los niveles del gobierno británico. Funcionarios de alto rango, ministros del gabinete, representantes de la industria y académicos desean expresar sus opiniones sobre este tema en constante evolución. Incluso el propio Sunak ha experimentado un cambio en su perspectiva, pasando de hablar entusiastamente sobre las oportunidades de la IA a reconocer los riesgos «existentenciales» que plantea.

El Reino Unido como líder en la regulación de la IA

Sunak ha estado trabajando arduamente para posicionar al Reino Unido como líder global en la regulación de la IA. Durante su reciente visita a Washington DC, presionó al presidente Joe Biden para que colocara al país en el centro de los esfuerzos para establecer principios globales que rijan la forma en que los países regulan esta industria en crecimiento.

Con empresas líderes en IA como Google DeepMind y Palantir estableciendo su presencia en el Reino Unido, el gobierno británico argumenta que está en una posición privilegiada para supervisar y regular el desarrollo de la IA con principios amplios.

A pesar de los esfuerzos de Sunak, los expertos consideran poco probable que el Reino Unido logre persuadir a otros países para que utilicen su base como sede de un nuevo regulador global de IA. Aunque hubo discusiones en la cumbre del G7 en Hiroshima sobre la cooperación en la gobernanza global de la IA, la brecha entre la legislación y la implementación preocupa a la Unión Europea. El Reino Unido aún debe superar obstáculos políticos y ganar la confianza de otras naciones.

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El Departamento de Ciencia, Innovación y Tecnología (DSIT) del Reino Unido está en pleno proceso de consulta con la industria sobre su libro blanco de IA, que ha sido criticado por estar desactualizado. Si bien se reconocen los principios generales de transparencia, responsabilidad e innovación, se espera que la respuesta a la consulta contenga propuestas de políticas más específicas. Sin embargo, no se recomendará establecer un regulador específico de IA, a pesar de las solicitudes de la industria.

El enfoque laborista hacia la IA

El Partido Laborista está desarrollando rápidamente su política en relación con la IA. Se plantea la posibilidad de un régimen de licencias para aquellos que trabajan con grandes conjuntos de datos para entrenar herramientas de IA, similar a los reguladores existentes en sectores como la medicina y la energía nuclear. Además, los laboristas consideran la implementación de una forma de regulación centralizada de la IA si ganan las elecciones del próximo año.

A medida que el gobierno y la oposición discuten y debaten, la tecnología de la IA sigue avanzando a un ritmo vertiginoso. Meta anunció recientemente un impulso en la IA que permitirá a los usuarios generar sus propias imágenes artificialmente, mientras que en San Francisco se descubrió una vulnerabilidad en el software de IA de Nvidia que podría revelar información personal de los usuarios.

La IA ha emergido como un tema crucial en la arena política del Reino Unido, con Sunak y Starmer liderando el debate desde distintas perspectivas. A medida que el país busca su lugar en la regulación global de la IA, se espera que se produzcan avances significativos, pero también se enfrentarán desafíos importantes en el camino hacia una regulación efectiva y responsable.

Vía The Guardian.