El culebrón de Meltdown y Spectre se ha convertido, para desgracia de los principales fabricantes de procesadores del mundo, en un problema que no tiene indicios de acabar a corto plazo.
Como la mayoría sabréis, el pasado 3 de enero se dio a conocer al gran público una grave vulnerabilidad en los procesadores Intel, una vulnerabilidad que en pocos días se convirtió en doble y que resultó afectar no solo al fabricante azul, sino también a AMD y a casi cualquier procesador que usara arquitectura ARM (la usada en todos los smartphones, casi nada).
Mi compañero Leandro ya os contó los pormenores de estos dos graves fallos de seguridad, aunque a modo de recordatorio diremos que tanto Meltdown (que solo afecta a Intel y a procesadores de AMD anteriores a Ryzen ) como Spectre (que afecta a prácticamente todas las arquitecturas modernas) han obligado a los desarrolladores de todos los sistemas operativos modernos a rediseñar su Kernel.
El problema de ambos «agujeros» de seguridad es que permiten que una aplicación maliciosa pueda acceder a la memoria de dicho Kernel, y por lo tanto dejan expuestos ante un atacante algunos de los datos más valiosos que podamos tener en nuestro ordenador, como las claves de acceso o nuestra información bancaria.
No es que estemos ante la posibilidad de perder dichos datos, o de verlos corrompidos, pero sí que podríamos estar en manos de los amantes de lo ajeno, con las graves consecuencias que ello puede tener.
Intel actuó rápido contra Meltdown y Spectre, pero lo hizo mal
Que Intel fue el primero en reconocer estas vulnerabilidades y tratar de poner solución al asunto es un hecho, pero lo cierto es que las prisas no suelen ser amigas de la calidad, y los reinicios aleatorios que están sufriendo los ordenadores con procesador Intel son una buena prueba de ello.
Es más si tenemos en cuenta que incluso AMD está teniendo problemas de equipos antiguos bloqueados por parches de Windows, lo cierto es que no se veía un descalabro informático así desde los tiempos de… ¿Nunca?
La cuestión es que en un primer momento Intel nos dijo que los procesadores afectados eran todos aquellos que tenían una antigüedad de al menos 5 años, lo que pasaba por incluir a arquitecturas más que solventes como Haswell o Broadwell. La propia Intel emitió una nota de prensa reconociendo el problema de forma oficial, algo que tranquilizó a los usuarios de los procesadores más recientes.
Sólo los Coffee Lake se libran de problemas de reinicios aleatorios
Como si no fuera suficiente con las supuestas bajadas de rendimiento que Meltdown ha provocado en los procesadores Intel, ahora resulta que prácticamente todo el parque de procesadores Intel está afectado por el citado problema de reinicios aleatorios.
Y es que Intel, al igual que un niño pequeño al que pillan en una mentira, ha vuelto a reconocer que los procesadores con arquitectura Skylake y Kaby Lake (series 6000 y 7000) también están sufriendo problemas de reinicios aleatorios.
Es decir, que solo los afortunados poseedores de los hasta hace poco escasos procesadores Coffee Lake se libran de reinicios aleatorios al intentar parchear Meltdown y Spectre (que no de las vulnerabilidades en sí, de las que no se libra nadie), algo que no estará haciendo mucha gracia a todos aquellos que adquirieron el año pasado un procesador Kaby Lake, y que de por sí ya estaban bastante mosqueados por la escasa vigencia de la serie 7000…
¿Para cuando una solución definitiva a las vulnerabilidades Meltdown y Spectre?
Con toda esta debacle informática, la comunidad de usuarios más «geek» no puede dejar de preguntarse como una compañía de la categoría de Intel ha podido, no solo cometer estos fallos de seguridad, sino ser tan chapuzas de intentar poner remedio al asunto sin hacer las pruebas necesarias para ello.
Intel sigue recomendando a día de hoy seguir instalando los parches para Meltdown y Spectre, mientras nos dice que están trabajando en arreglar las consecuencias de su propia solución.
Podríamos tener la debilidad de tener algún gesto de compasión hacia los azules, pero la misma se nos va de golpe si pensamos que en realidad, Intel ha tenido mucho tiempo para diseñar un parche sin efectos colaterales. Y es que a través de Google Project Zero, la compañía ya tenía conocimiento de estas vulnerabilidades desde el pasado verano.
Por ahora, Navin Shenoy, director general del grupo de centro de datos de Intel, ha dicho que ya se encuentran cubiertos el 90% de los procesadores de los últimos años y que en los próximos días llegarán las soluciones a los reinicios.
Cierto es que las anunciadas pérdidas de rendimiento no parecen ser demasiado graves (al menos a nivel doméstico), y que sobre todo los juegos, uno de los segmentos de mercado que más anima las ventas, no parecen verse demasiado afectados por los parches para Meltdown y Spectre, como tampoco resultan afectadas las tareas más comunes que realizamos con nuestro ordenador.
Estaremos a la espera y os informaremos de los próximos pasos de este fabricante.