Un grupo de científicos ha confirmado que una poderosa e inusual partícula antimateria se estrelló en la superfície de la Antártida en diciembre de 2016. Esta colisión tiene grandes implicaciones en el futuro de la física debido a que pudo haber sido la cuasa de una cascada subatómica conocida como resonancia Glashow.
La resonancia Glashow es un fenómeno teórico que, para empezar a funcionar, necesita una mayor cantidad energía de la que pueden ofrecer los aceleradores de partículas más potentes que existen en la actualidad. Los científicos conocían en el fenómeno pero no esperaban encontrarse con evidencias tangibles de este, pero debido a este hecho, han podido confirmar este modelo estándar de la física subatómica.
¿Por qué se confirma ahora?
Muchos de estos procesos y fenómenos tardan en poderse confirmar, en este caso, los investigadores del Observatorio IceCube Neutrino en la Antártida no han podido confirmar la resonancia Glashow hasta poco más de cuatro años desde el momento en el que se produjo.

Además, no ha sido solo la confirmación de la existencia de una resonancia Glashow como consecuencia del impacto de la poderosa partícula antimateria en la Antártida, sino que también ha confirmado el fenómeno, ya que a Stephen Glashow se le ocurrió el fenómeno de cascada subatómica por primera vez en 1960 y hasta este momento ha sido siempre una cuestión teórica.
Un fenómeno que involucra mucha energía
La cascada de resonancia Glashow implica un antineutrino, o un neutrino común, que choca contra un electrón con la energía suficiente como para producir bosón W, una partícula grande. Pero para que se produzca esto, el antineutrino debe llevar 6,3 petaelectronvoltios, lo que equivale a 6,3 veces la energía que puede generar un cuatrillón de electrones acelerados por un voltio, o lo que también equivale a la energía de 6.300 mosquitos viajando a 1,6 kilómetros por hora, o a un mosquito viajando a 8'2 veces la velocidad del sonido.

Es por ello, que este fenómeno involucra 450 veces la energía que se espera que produzca el Gran Colisionador de Hadrones, el mayor acelerador de partículas que existe en la actualidad, cuando se acabe de modernizar, aunque ahora se están construyendo otros aceleradores de partículas como el del proyecto ITER.
Vía: Futurism