Cómo ya todos conoceréis a estas alturas, el 9 de enero de este año se cumplieron diez años en que se presentó en sociedad, con luces y taquígrafos gracias al gran Steve Jobs, el iPhone, el dispositivo que, sin duda, lo cambió todo en cuanto a la industria de la telefonía móvil, la música e incluso la conexión permanente a internet, todo en un mismo aparato.

Un Samsung Omnia en comparación con un iPhone
Un Samsung Omnia en comparación con un iPhone

Este artículo se puede decir que es muy personal pues cuenta en primera persona mis vivencias sobre el iPhone. Miren ustedes, cuando tuve noticias sobre este teléfono de Apple, el iPhone, fue, creo recordar si mi memoria no me engaña, por el año 2008. En esa época estaba mirando teléfonos para cambiar el que usaba en ese momento, un Sony Ericsson T29s con tapita, y en la tienda a la que me dirigí con intención de comprar nuevo aparato, literalmente, me vendieron la moto para que me hiciera con un precioso Samsung Omnia(concretamente el modelo i900) con sistema operativo Windows Mobile; las razones que esgrimió el “Genius” de Orange eran, en esencia, que tendría un ordenador Windows como teléfono y que el iPhone resultaba insuficiente para las posibilidades que se me abrían de par en par con el mismo.

Sony Ericsson T29s
Sony Ericsson T29s

Como era por entonces un hombre que confiaba en los profesionales del sector, craso error por mi parte y la experiencia de la mala me hizo darme cuenta tarde, sin dudarlo un instante me hice con este teléfono y aunque me satisfizo alrededor de dos años (diseño elegante, pantalla vistosa para lo que se estilaba en la época y procesador aunque lento no se puede decir que llevara con prestancia la mayoría de su cometido), si que tengo que reconocer que si quería hacer algo más que llamar por teléfono, hacerlo lo hacía pero con una experiencia de usuario que dejaba, y mucho, que desear (su pantalla era táctil pero poco adelantada si la comparamos con las actuales y necesitaba para su utilización, casi en el 100% de los casos, del palito -stylus al uso-.).

Así las cosas, fue pasando el tiempo y al cambiar nuevamente de operadora me ofrecieron gratis (que bonita palabra), felizmente para mí, un iPhone 4 negro el cual, siendo honesto en mis apreciaciones iniciales, me resultó en cuanto diseño y prestaciones sublime, pudiendo comprobar casi al minuto de tenerlo entre mis manos las infinitas posibilidades que se le vislumbraban “prima facie”; el poderlo utilizar con un sistema operativo IOS en ciernes y su excelente App Store y teclado táctil sin igual me ofrecía una libertad de movimientos, esa es la palabra, libertad, aunque suene a contradictorio por lo cerrado de la plataforma, que mi Omnia podía ni siquiera imaginar. Tenía carencias, es indudable, por poner un ejemplo ilustrativo aún no se había implementado el corta-pega, pero a decir verdad colmaba todas mis expectativas.

iPhone 5s Gold
iPhone 5s Gold

Luego tuve la oportunidad de hacerme a buen precio en el mercado de la segunda mano de un iPhone 4s blanquito de 64 gigas, pudiendo disfrutar mucho con mis amigos sevillistas de aquello de…“oye Siri, ¿Cómo quedó el Real Betis Balompié en el último partido?”, característica del Siri muy en boga por aquel entonces y, por fin, apenas un año después llegó el iPhone 5s color oro, para mi el mejor teléfono que había llegado a mis manos nunca.

El iPhone 5s con el Touch ID, su procesador de 64 bits y una cámara que hacía fotos espectaculares (con luz de ambiente, eso si), era en lineas generales el teléfono más redondo que había sacado hasta entonces la compañía de la manzana mordida, bajo mi apreciación casi perfecto a no ser por una batería que en mi uso no llegaba a la tarde, handicap que resolvía con una funda batería que le insuflaba varias horas más de necesaria vida.

iPhone 6s Gold
iPhone 6s Gold

El cambio del 5s al que uso en la actualidad, un iPhone 6s, debo reconocer, fue un capricho y una frivolidad por mi parte ya que mi 5s cuando lo vendí funcionaba a las mil maravillas y después de todo este bagaje utilizando teléfonos, que no fue poco, tengo que exponer bien a las claras y sin temor alguno a equivocarme que el iPhone como icono cambió para siempre la concepción que se tenía y se tendrá en un futuro de un dispositivo móvil.

Ahora, diez años después, es complicado observar a cualquier persona en la calle, sin importar edad, raza o religión, que no maneje un smartphone escuchando música, accediendo a internet para comprobar cierto dato que nos urge conocer en ese preciso momento o, simplemente, zambullirse sin miedo a ahogarnos en las profundidades de las candentes noticias o de los videos virales en Facebook, Twitter o Youtube. Todo ello, mis queridos lectores y lectoras, tuvo un inicio y fue un 9 de enero de 2007 cuando un tipo arrogante y personalidad difícil, con gafas y pantalones vaqueros, un genio de los que no abundan, señalaba el camino cual Colón con el nuevo mundo de lo que ahora es nuestro presente y será nuestro futuro: el iPhone, un simple teléfono que lo cambió todo.

Si os apetece, y ya para finalizar, éste es el video de la presentación del iPhone en 2007, imprescindible.

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=vN4U5FqrOdQ]