Hace unas semanas Apple lanzó iOS 14, y con ello una funcionalidad con la que, con una ventana emergente, dejarían al usuario elegir si las compañías podrían usar identificadores que rastreasen a los usuarios para acciones publicitarias.
Esto es un verdadero problema que se presenta para empresas como agencias de publicidad, Facebook o Google, que viven principalmente de este sector.
Para entender todo esto debemos comprender que el identificador IDFA permite rastrear los movimientos de los usuarios a través de las aplicaciones con el fin de saber en qué pasan más tiempo y qué hacen.
Cerca de 100.000 aplicaciones tienen hoy en día instalado el SDK de Facebook y de Google para iniciar sesión con estas dos compañías pero con el inconveniente de una gran fuga de datos hacia ambas empresas, que hacen perfiles personalizados para mostrarnos publicidad personalizada.
La idea de Apple es hacer todo esto transparente para el usuario y tratar de evitar que las aplicaciones ejecuten procesos con los que el usuario pueda no estar de acuerdo poniendo la privacidad por bandera.
Con la llegada de iOS 13 ya se introdujo una función para paliar en ajustes pero iOS 14 ha dado un importante paso en este aspecto. Cuando iOS 14 salga el próximo otoño podrán permitir el seguimiento de las apps o solicitar que no se rastree.
Lo bueno de esto es que ningún usuario en su sano juicio, leyendo este mensaje de aviso, va a aceptar que se le mrastree, por lo que habremos conseguido una victoria respecto a que no se comercie con nuestra atención.
Apple, para paliar esto y prohibir del todo la función, introdujo un SDK para que anunciantes puedan seguir rastreando a los usuarios pero de forma anónima sin acceder a sus datos.
No obstante, según apuntan, sería imposible obtener métricas como el coste por adquisición, que permite saber a los anunciantes cuanto cuesta cada una de las ventas que tienen a nivel publicitario.
Los desarrolladores, por lo tanto, están preocupados pero los que verdaderamente están desquiciados son los principales agentes publicitarios, que ven cómo comerciar con nuestros datos en iOS está cada vez más lejos de ser una realidad.
La más perjudicada es sin duda Facebook porque no tiene un sistema operativo propio con el que poder crear unas reglas menos estrictas que permitan poder crear un perfil individual para cada usuario y está en medio de un boicot por parte de los anunciantes que podría verse reflejado en sus cuentas por su permisividad de ciertas publicaciones.
Por otro lado, Google, propietario del sistema operativo móvil más popular, se queda en una compleja tesitura: si seguir rastreando los movimientos de los usuarios para mostrar anuncios personalizados o si estar a la altura de Apple y prescindir de datos tan valiosos -de los que vive la propia compañía-.
Apple, si mantiene esta postura y Android no la cambia, no tardará tiempo en ganar más adeptos con preocupación por la privacidad. Sin duda, siempre es una buena noticia que una empresa de esta magnitud reme en la misma dirección que los usuarios.