El conflicto comercial entre EEUU y China afecta a NVIDIA y su potente tarjeta gráfica. La GeForce RTX 4090 es un monstruo de rendimiento, capaz de manejar los videojuegos más exigentes con facilidad. Sin embargo, esta GPU se ha convertido en el epicentro de una nueva disputa comercial entre Estados Unidos y China.
La GeForce RTX 4090 de NVIDIA en la mira de las sanciones a China
La GeForce RTX 4090 es, sin lugar a dudas, una de las GPU más impresionantes del mercado. Con 76,000 millones de transistores, 16,384 núcleos CUDA y una capacidad de cálculo de operaciones FP32 de 90 TFLOPS, es un sueño para los entusiastas de los juegos. Sin embargo, su alto rendimiento y potencia la han convertido en un objetivo de las nuevas regulaciones comerciales de Estados Unidos.
El Departamento de Comercio de EEUU ha anunciado la entrada en vigor de un nuevo paquete de sanciones a partir del 16 de noviembre. Estas sanciones buscan restringir la exportación de ciertos semiconductores y equipos de litografía a países como China, Rusia e Irán. La sorprendente extensión de estas medidas, incluso después de cinco años de sanciones, subraya el enfoque de EEUU en aumentar la presión sobre estos países.
NVIDIA se encuentra entre las empresas más afectadas por estas nuevas sanciones. La compañía ya no podrá vender en China sus chips para inteligencia artificial A800 y H800, que antes cumplían con los requisitos estadounidenses. Además, la prohibición más destacada afecta directamente a la tarjeta gráfica GeForce RTX 4090. NVIDIA no podrá continuar vendiéndola a empresas chinas.
Más allá de los videojuegos
La intención detrás de estas sanciones no es evitar que los jugadores chinos obtengan la GeForce RTX 4090, sino más bien impedir que el Gobierno chino la utilice en aplicaciones de inteligencia artificial. Hasta ahora, las restricciones se centraban en la capacidad de transferencia de información de los chips, pero ahora se enfocarán en su rendimiento, un factor que ha colocado a la GeForce RTX 4090 en el centro de atención.
El conflicto comercial entre EEUU y China sigue evolucionando. Mientras que estas sanciones tienen como objetivo la protección de intereses estadounidenses, también afectan a las empresas y consumidores de China. La resolución de estas tensiones podría tener un impacto significativo en la industria de la tecnología y en el acceso a hardware de alto rendimiento en todo el mundo.