Hace dos décadas, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA) de Estados Unidos se aventuró en un proyecto que, aunque no llegó a la fama de otros logros, dejó una huella en la historia tecnológica. El LifeLog del Pentágono, un audaz intento por crear un «ciberdiario» que precediera a la era de Facebook y los smartphones, nos muestra un vistazo intrigante a lo que podría haber sido.
La génesis de LifeLog del Pentágono: Una idea fuera de su tiempo
En el año 2003, DARPA lanzaba el ambicioso proyecto LifeLog, con la intención de construir un registro exhaustivo de la vida de sus usuarios. Este «diario electrónico» adelantado a su época buscaba capturar prácticamente toda la experiencia de un individuo, desde lo que veía y decía hasta los correos electrónicos que enviaba, los programas de televisión que sintonizaba y los lugares a los que viajaba.
La propuesta de LifeLog iba más allá de ser un simple diario digital. Su objetivo era crear una inmensa «base de datos vital» que no solo reflejara la vida de las personas, sino que también permitiera trazar patrones, rutinas y relaciones. Los datos recopilados se convertirían en hilos de información, ayudando a identificar hábitos y preferencias, y posiblemente abriendo la puerta a una inteligencia artificial (IA) que pudiera pensar y aprender como los seres humanos.
La idea de LifeLog no era nueva en su esencia. Ya en la década de 1940, el ingeniero Vannevar Bush planteaba la posibilidad de un dispositivo llamado Memex, que almacenaría y organizaría los documentos de una persona para una consulta rápida. La visión de LifeLog encajaba con objetivos previos de DARPA, que veía el potencial de asistentes inteligentes personalizados y sistemas capaces de razonar y aprender a partir de datos multidimensionales.
El legado de LifeLog y su abrupto final
A pesar de su visión innovadora, el proyecto LifeLog enfrentó desafíos y controversias. Algunos críticos lo percibían como un sistema invasivo de recopilación de datos, lo que afectaba su imagen. A comienzos de 2004, en medio de un clima de programas de vigilancia controvertidos y recelo hacia la privacidad, el Pentágono puso fin al proyecto.
El cambio de prioridades y las sombras de otros programas marcaron el cierre de una idea que, en retrospectiva, conecta con la evolución tecnológica y las preocupaciones de la época.
Irónicamente, en ese mismo año, el 2004, nacía Facebook, una plataforma que permitiría a los usuarios documentar gran parte de sus vidas en línea. Mientras LifeLog quedó en los anales de la historia tecnológica, Facebook se convertiría en un fenómeno mundial, pero no exento de polémicas similares en relación con la privacidad y el uso de datos.