Google, un gigante de la tecnología, se enfrenta a una crisis que va más allá de los códigos y algoritmos: la caída de 90 mil millones de dólares en su valor de mercado debido a los desafíos de Gemini 1.5 y sus imágenes inclusivas. Este revés, más allá de lo financiero, plantea preguntas sobre la percepción y confianza en las inteligencias artificiales.

Desafíos de imágenes inclusivas de Gemini

La reciente versión 1.5 de Gemini ha generado más quebraderos de cabeza que beneficios para Google. La caída del 4.5% en las acciones, traducida en 90 mil millones de dólares perdidos en un solo día, refleja una pérdida significativa de confianza en los modelos de inteligencia artificial de la compañía.

La esencia de Gemini se vio empañada cuando, en pruebas de usuarios, se reveló su excesiva inclusividad al generar imágenes históricas. La solicitud de imágenes de soldados alemanes en la Segunda Guerra Mundial resultó en la aparición de personas negras con uniformes nazis, un error costoso para Google.

Ante la crisis, Google pausó el servicio de generación de imágenes de personas. En una explicación pública, reconocieron los problemas y se comprometieron a realizar pruebas exhaustivas para evitar repeticiones de este comportamiento demasiado inclusivo en el futuro.

El incidente no es aislado. Gemini, apenas unos días antes, compartió protagonismo con otro desliz de Google: el chatbot de la compañía experimentó problemas serios, mezclando idiomas y ofreciendo respuestas confusas.

Repercusiones en la confianza en la IA de Google

El analista Ben Reitzes subraya que el problema no radica solo en Gemini, sino en la percepción de Google como una fuente no confiable para la inteligencia artificial. La confianza del público en Google podría verse afectada, impactando directamente en el negocio.

Sundar Pichai, CEO de Google, reconoció la inaceptabilidad de los problemas con el generador de imágenes y prometió mejoras sustanciales. Sin embargo, las pérdidas en bolsa ya han dejado su marca, cuestionando las alternativas de Google frente a ChatGPT y Copilot.

Este tropiezo representa un golpe significativo para Google en la competencia con ChatGPT y Copilot. Aunque GPT-4 sigue siendo la referencia, los desafíos recientes plantean dudas sobre la posición de Google en el mundo de las inteligencias artificiales.