Dos autores han presentado una demanda colectiva contra OpenAI, la empresa responsable de ChatGPT, alegando que sus libros, protegidos por derechos de autor, fueron utilizados sin permiso para entrenar al modelo de inteligencia artificial.

Mona Awad, autora de Bunny y 13 Ways of Looking at a Fat Girl, y Paul Tremblay, autor de The Cabin at the End of the World, presentaron la demanda en un tribunal federal de San Francisco. Afirman que ChatGPT generó «resúmenes muy precisos» de sus novelas, lo que indica que sus obras fueron «ingeridas» ilegalmente por OpenAI.

Demanda a OpenAI: Acusan a la empresa de utilizar ilegalmente sus libros

Esta es la primera demanda que se centra en los derechos de autor en relación con ChatGPT. Los demandantes buscan explorar los límites legales de las acciones dentro del espacio generativo de IA.

Demanda a OpenAI: Acusan a la empresa de utilizar ilegalmente sus libros.

Los abogados de los autores argumentan que los libros son una elección ideal para entrenar modelos de lenguaje debido a su calidad y extensión. Sin embargo, consideran que OpenAI se ha beneficiado injustamente de las obras y las ideas de los autores, exigiendo daños monetarios en nombre de todos los autores cuyas obras fueron supuestamente utilizadas para el entrenamiento de ChatGPT.

Aunque los autores tienen una protección legal sólida para sus obras, puede resultar difícil demostrar pérdidas financieras específicas causadas por el entrenamiento de ChatGPT en libros protegidos por derechos de autor.

La defensa de OpenAI podría argumentar que el modelo habría funcionado de manera similar incluso sin la inclusión de los libros en su entrenamiento, ya que se basa en una amplia variedad de información disponible en Internet. Sin embargo, los abogados de los demandantes alegan que OpenAI se comporta como si las leyes de derechos de autor no se aplicaran a ellos.

La regulación actual y el futuro de la IA

OpenAI ha sido criticada por la falta de transparencia en sus datos de entrenamiento. Los abogados señalan que la empresa ha revelado poca información sobre el tamaño y las fuentes de los conjuntos de datos utilizados.

El tamaño estimado de los datos utilizados en el entrenamiento de ChatGPT sugiere que los libros podrían haber sido extraídos de bibliotecas ocultas en línea. El uso de IA en obras protegidas por derechos de autor plantea interrogantes sobre el «uso justo» y la necesidad de salvaguardar los derechos de los creadores.

La regulación en torno al uso de IA está fragmentada y presenta inconsistencias en diferentes jurisdicciones. Los legisladores se enfrentan al desafío de mantenerse al día con los rápidos avances tecnológicos.

La industria editorial ha estado debatiendo cómo proteger los derechos de autor frente a los posibles daños causados por la tecnología de IA. Organizaciones como la Sociedad de Autores han proporcionado pautas para ayudar a los autores a proteger sus obras.

La postura de los expertos legales y el impacto a largo plazo

Los expertos legales señalan que este caso podría establecer un precedente importante sobre el «uso justo» de material protegido por derechos de autor en la capacitación de modelos de IA.

Aunque el resultado de una demanda similar en el Reino Unido podría ser diferente debido a las diferencias en las leyes de derechos de autor, el caso destaca la necesidad de revisar y adaptar las regulaciones para abordar los desafíos planteados por la IA.

A medida que la IA continúa avanzando, es esencial encontrar un equilibrio entre la innovación tecnológica y la protección de los derechos de autor. Si bien la tecnología de IA se basa en datos creados por humanos, es fundamental garantizar que los creadores humanos no se vean perjudicados por el uso indebido de sus obras.

Los expertos creen que, a medida que la tecnología evolucione, se establecerán mejores prácticas y se basarán en datos autorizados, respetando así los derechos de los creadores.

Vía The Guardian.